Diegodel Pozo vuelve al espacio salmantino con las últimas creaciones dentro de su proyecto “Tocar, No Dominar (contagio)”.

El afecto se define como la capacidad de un cuerpo -­ya sea humano, no-­humano, mitad-­cuerpo u otro-­de actuar yser objeto de la acción. Son aquellas fuerzas moleculares prácticamente imperceptibles que se dan en el encuentro entre esos cuerpos; es el temblor inconsciente que precede toda emoción, aquel fenómeno visceral e inmanente que sacude tu cuerpo hacia el movimiento y el pensamiento, o lo paraliza y desborda. Afectos y emociones han constituido un lugar privilegiado de las corrientes feministas para reclamar la producción de conocimiento experiencial así como las relaciones intrapersonales y de poder que establecen.

Dirigir la atención a estas formas de transferencia y absorción implica subrayar la centralidad de la piel, del tacto, de las texturas así como del contacto y del contagio como formas de transmisión, pero también de transformación. El cuerpo de trabajo que Diego del Pozo ha desarrollado en los últimos años atiende precisamente a esto.

Julia Morandeira Arrizabalaga