Museo dedicado a la inmortal figura del caballero Don Quijote. Combina exposición de obras de arte relacionadas con la novela cervantina con modernos montajes multimedia que, nos remontarán al siglo XVI, al ambiente de una imprenta de la época, con los personajes de la novela, en un verdadero viaje en el tiempo. Los estudiosos de la obra de Cervantes también disponen de un centro de estudios y de una importantísima biblioteca sobre el Quijote.
En ella se exponen reproducciones de diez personajes relacionados con el Quijote, de cuyos originales es autor Felipe García Coronado. Los personajes representados son: don Quijote, Sancho, el Ama, la Sobrina, el Cura, el Barbero, el Boyero, el Ventero, Ginesillo y un cuadro del maestro Palmero titulado "Entierro de don Quijote".
Esta sala se ha diseñado para que los distintos personajes mantengan una conversación, al tiempo que se iluminan las figuras que hablan, mientras las demás están en la oscuridad.
Consta de un depósito bibliográfico compuesto por 3500 ejemplares sobre tema cervantino; además tiene una sala de consulta, habilitada para veinte investigadores y una sala de digitalización y catalogación de documentos.
Antesala, planta semisótano
En ella se exponen diez cuadros de tema cervantino del pintor José Jiménez Aranda, que es uno de los mejores ilustradores del Quijote del siglo XIX.
En esencia, en esta primera sala se ofrece un montaje que transportará al público al ambiente de una imprenta madrileña de principios del siglo XVII.
Para ello, oiremos los recuerdos de la época de aprendíz de un maestro impresor, época que coincidió, precisamente, con la primera impresión que se hizo del Quijote, en 1605, en Madrid. A tal fin, se ha dividido la sala en tres espacios: la zona del utillaje, el tendedero y la librería.
El tendedero:
En esta zona se han instalado algunos cordeles como los que se utilizaban para tender los pliegos una vez impresos -en estos cordeles se ponían los pliegos a secar, puesto que en aquella época se imprimía sobre papel húmedo- así como unos frascos de tinta, algunos pliegos de papel de barba, además de unos tampones de entintar de piel de perro.
Hay dos clases de pliegos: los llamados de "literatura de hilo y caña" -hojas impresas que se vendían sueltas a muy bajo precio, mayormente copias de ciego, gozos y aleluyas, calendarios campesinos...- y otros pliegos correspondientes al Quijote.
En el caso del Quijote, se utiliza el pliego correspondiente al prólogo -o la portada- de la obra y otro en el que aparecen las famosas palabras del inicio propiamente dicho.
El utillaje:
En esta zona se hallan, básicamente, algunos elementos corpóreos propios de una imprenta de la época, piezas originales conservadas, o en su defecto, reproducciones realizadas a este fin. Así aparecen: una caja de tipos, con sus múltiples cajetines y algunos tipos sueltos, fundidos en plomo.
La librería:
En este tercer espacio aparece una librería de la época con algunos libros colocados sin especial protagonismo. También vemos en un atril, un gran libro abierto con las páginas en blanco, sobre las cuales se proyectan varias imágenes de libros de caballería.
Se trata de un montaje relativamente breve sobre Don Quijote de la Mancha, y que combina la proyección de imágenes sobre una pantalla situada al fondo de la sala con elementos de escenografía estratégicamente colocados en la misma. Estos elementos corpóreos irán adquiriendo más o menos protagonismo a medida que avance el espectáculo. Como su título quiere indicar, no se trata de un espectáculo de intención didáctica o erudita, va destinado, por el contrario, a entretener y deleitar al público general y heterogéneo. También, atendiendo al título, se pretende pasear al espectador por algunos de los escenarios del Quijote, aunque casi siempre interpretados y transformados por la locura del protagonista y por su irreducible afán de aventuras, fruto de sus lecturas compulsivas.
Además de la idea básica de la transformación de la realidad ya mencionada, los ejes centrales del espectáculo son, por una parte, la pretensión de impartir justicia y el deseo de proteger al débil; y por otra, la amistad que fragua con Sancho "el camino de la amistad", como diría él. En cuanto a la locución -al margen de una cuidada banda sonora de música y efectos especiales- se utilizan, exclusivamente, pasajes, fragmentos y frases extraídas de la obra y que son leídos por una única voz masculina.
Desde el primer instante el espectador comprenderá que se halla ante una lectura algo "sui generis" del Quijote (de ahí el párrafo inicial, el mismo archiconocido, con el que empieza la obra), y que lo único que se espera de él es que se deje llevar por una emoción estética provocada por la combinación de imágenes especialmente sugeribles con la insuperable prosa de Cervantes; emoción que discurrirá en todo momento por los bien marcados cauces conceptuales de que hablábamos más arriba. Además si bien en la concatenación de frases y acontecimientos se respetará un cierto orden cronológico con referencia al seguido en la obra, en el espectáculo no se pretenderá seguirlo en todo momento rigurosamente.
A medida que avance la proyección, los fragmentos seleccionados tenderán a ser más breves que al principio, dejando mayor margen para el goce visual y sonoro. En todo caso y en general, el tono de las frases se procura que sea eminentemente desenfadado. Si no abiertamente cómico, tal como Cervantes concibió la obra en su momento.
El museo dispone de un salón de actos con capacidad para noventa personas.
La biblioteca está compuesta por 1.500 libros de tema variado, entre los que destacan temas locales, arte y literatura.
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