La Casa Encendida presenta Bibliotecas insólitas, una muestra colectiva, comisariada por Glòria Picazo, que parte de la idea de “biblioteca infinita” impulsada por el utópico deseo de reunir y disponer de todo el conocimiento
El proyecto muestra obras de arte que reflexionan sobre la idea de “biblioteca” junto a una selección de ediciones de artista, libros de referencia, dibujos y objetos realizados por artistas contemporáneos que, a partir de finales de los sesenta y hasta la actualidad, han revisado la idea de archivo y de libro como fuente inagotable de sabiduría
Asimismo, en un espacio central del recorrido expositivo se encuentra lo que se denomina “sala de reserva” en la que antaño se aislaban aquellas ediciones singulares, de gran valor, prohibidas o visitadas solo por bibliófilos. En ella se podrán encontrar libros de Ed Ruscha, Lawrence Weiner, Dieter Roth, Sol LeWitt, James Lee Byars o Marcel Broodthaers, o de españoles como Isidoro Valcárcel Medina, Concha Jerez o Eugènia Balcells
Entre las obras expuestas se podrá ver la “biblioteca en blanco” de Antònia del Río, la “selvática” de Francesc Ruiz, “la de los hombres calvos” de Iñaki Bonillas, la “sin títulos” de Enric Farrés-Durán o “la portátil” de Javier Peñafiel; también estarán presentes los dibujos de Fernando Bryce en los que el libro es el protagonista; los libros de artista de Ignasi Aballí, Dora García o Juan Pérez Agirregoikoa; los cajones por abrir de Oriol Vilanova y el proyecto editorial del artista Damián Ortega, Alias
Por su parte, con Clara Boj y Diego Díaz, también tiene cabida la idea de biblioteca virtual relacionada con el reto de gestionar la ingente cantidad de libros y documentos disponibles en la era del Big data ? Esta exposición es una coproducción con el Arts Santa Mònica de Barcelona y se realiza en colaboración con la Biblioteca y Centro de Documentación del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia
La Casa Encendida de Fundación Montemadrid presenta Bibliotecas insólitas, una exposición colectiva, comisariada por Gloria Picazo, que parte de lo que ha supuesto la biblioteca como espacio que ha custodiado y sigue custodiando el conocimiento reunido y almacenado por la humanidad a través de los siglos.
La historia de la biblioteca es como la historia de una quimera, de una ilusión, de un sueño imposible, puesto que entenderla como un contenedor susceptible de abarcar toda la memoria del mundo, siempre acabará siendo una “utopía inalcanzable”. La muestra se dirige a las muchas posibles derivas de ese concepto de biblioteca total, que se pueden hallar en las bibliotecas personales, diversas, subjetivas, anárquicas e insólitas.
A su vez, si se considera la Biblioteca como el espacio en el que todos los saberes se concentran, desde que a mediados del siglo XIX se empezaron a implantar las bibliotecas públicas, se debe abordar también el tema desde aspectos tan diversos como la importancia del espacio físico y arquitectónico.
La muestra propone una reflexión sobre la idea de biblioteca inspirada en bibliotecas míticas como la de Alejandría, particulares y subjetivas como la de Michel de Montaigne, utópicas como los proyectos arquitectónicos de Étienne-Louis Boullée en el siglo XVIII hasta aceptar y cuestionar la “nube” como ese archivo descomunal que recoge la cantidad incontable de datos generados por la sociedad actual.
Los artistas presentes en el proyecto están unidos en base a su profundo interés por el libro y por las ediciones de artista. ARTISTAS
Ignasi Aballí
El interés de Ignasi Aballí (Barcelona, 1957) por los libros y las bibliotecas se ha ido manifestado con suma frecuencia a lo largo de toda su trayectoria artística. En esta exposición expone su serie fotográfica Prólogo-Epílogo (2012) en la que reúne a modo de díptico dos páginas de dos libros en las que únicamente aparecen estas dos palabras. Se trata de un ejemplo evidente de la que es una de sus máximas más defendidas: “Cuanto menos hay que ver, más deseos hay de ver”.
Junto a esta obra estarán presentes los dos libros de artista editados con motivo de su exposición sin principio / sin final − Without Beginning / Without End (Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, 2015) y en Seqüència infinita, publicado a raíz de su exposición en la Fundació Joan Miró de Barcelona (2016).
Clara Boj y Diego Díaz
Clara Boj (Santomera, Murcia, 1975) y Diego Díaz (Puerto Lumbreras, Murcia, 1975) colaboran desde el año 2000 en proyectos que conjugan la práctica artística con una reflexión sobre lo que supone hoy en día el espacio digital, cómo afecta y cómo encuentra su vía de desarrollo en el contexto urbano. Bibliotecas insólitas propone una mirada sobre lo que supone en la actualidad “la nube”, considerada como un descomunal archivo de datos, una especie de biblioteca digital inabarcable para el ser humano.
En esta exposición presentan Data Biography, un proyecto que analiza cómo la biblioteca digital permite visibilizar aspectos como la intimidad, la privacidad, la seguridad y el control, la opinión pública o el consumo. De ahí que propongan investigarse a sí mismos, indagar en todos aquellos aspectos de sus vidas que han dejado huellas en la biblioteca digital. El relato biográfico surgido se irá imprimiendo en un único ejemplar y se irán ordenando según vayan apareciendo los datos, sin tratarlos ni manipular la información. A tal efecto se reunirán tantas páginas como sean necesarias, que siempre estarán a disposición del visitante para su consulta. El proyecto empezó a funcionar en enero de 2017 y se prolongará durante toda la exposición y hasta finales de año, para poder así recopilar lo que ha sido su actividad en la red durante todo un año.
Iñaki Bonillas
En la presente exposición, Iñaki Bonillas (Ciudad de México, 1981) presenta La biblioteca de los hombres calvos, que parte de su serie fotográfica Cabezas (2014), configurada reuniendo fragmentos de la parte superior de cabezas de hombres calvos, todos ellos referentes culturales. Según el propio artista, estos fragmentos remiten de forma metafórica a la idea de Norte, a la parte racional de los seres humanos, en contraposición al Sur, que sería lo visceral y lo irracional. En esta biblioteca, cada uno de los libros expuestos se corresponde con una de esas cabezas calvas que pertenecen a diversas parcelas del pensamiento como la filosofía, la música, el cine, el arte o la política.
Fernando Bryce
Fernando Bryce (Lima, Perú, 1965) investiga en los fondos de bibliotecas, hemerotecas y archivos para localizar documentos que posteriormente reinterpreta mediante el dibujo, aunando así su interés por esta técnica artística con temas que le preocupan especialmente, como son la historia, la política y, en especial, el colonialismo cultural.
En la presente exposición, sus ediciones de artista estarán acompañadas por una atractiva serie de dibujos denominada Panamá y en la que se interesa por la construcción del canal de Panamá y por redibujar la historia de los intereses comerciales que se movieron en la época postcolonial a partir de decretos gubernamentales, documentos oficiales y artículos aparecidos en la prensa internacional.
Enric Farrés Duran
El proyecto artístico de Enric Farrés Duran (Palafrugell, Gerona, 1983) se nutre de la experiencia bibliófila adquirida gracias a su trabajo profesional en una librería de segunda mano, que le ha llevado a interesarse tanto por la literatura, la biblioteca y sus métodos de clasificación y almacenaje, y por todo aquello que concierne al libro.
La instalación Biblioteca sin títulos creada para Bibliotecas insólitas recoge en una estantería todas las ediciones de Farrés Duran más algunos libros de su biblioteca personal, como por ejemplo París no se acaba nunca, de Enrique Vila-Matas. Pero todos ellos están colocados al revés, mostrando su borde frontal, para que no puedan ser identificados a primera vista. Frente a la estantería, unas sillas invitan al visitante a descubrir y ojear los libros. Dichas sillas proceden de la biblioteca del Museo Reina Sofía, conectando con la intervención que tendrá lugar en la biblioteca de este museo.
Esta obra remite a su vez a la sala principal de la biblioteca de El Escorial en la que, en el siglo XVI, los libros de autores antiguos se colocaron con los cantos dorados hacia fuera, y así siguen todavía hoy, para lograr una mayor sensación de uniformidad en este magnífico salón renacentista. Un “proceso de giro” que también quería llevar a cabo Peter Kien, el protagonista de la obra de Elías Canetti Auto de fe, con los 25.000 libros de su biblioteca para que no fuera posible identificarlos, protegiéndolos así de los convulsos acontecimientos que pronto asolarían Europa.
Dora García
Dora García (Valladolid, 1965) ha confesado en repetidas ocasiones su pasión por la lectura, que constituye la base de los largos e intensos procesos de investigación que finalmente conducen a la realización de sus proyectos. No es de extrañar por tanto que el lenguaje adquiera un protagonismo absoluto en muchos de sus proyectos. En sus propias palabras: “El texto es visual pero también es sonido, también es la acción de leer”.
En una gran mesa, la exposición va a mostrar la biblioteca sobre Dora García con todos los libros que ha creado.
Entre ellos, su publicación Múltiples y colectivos (1997-2006) que incluye una sección titulada “Golden Sentences” (Frases de oro), una serie de carteles con frases realizadas en pan de oro como: “Una buena pregunta debe evitar a toda costa una respuesta”; “La realidad es una ilusión muy persistente”; o “El futuro debe ser peligroso”.
Javier Peñafiel
En la presente exposición, Javier Peñafiel (Zaragoza, 1964) muestra sus numerosas ediciones aparecidas hasta la fecha en una instalación en la que un pequeño trineo se convierte en biblioteca portátil de algunos de sus libros de cabecera, una especie de pequeña biblioteca babeliana que incluye desde La gran caída de Peter Handke hasta Situación de la poesía concreta de Ángel Crespo y Pilar Gómez, entre otros muchos volúmenes. En la instalación, las ediciones de Peñafiel se expanden sobre los muros junto a sus carteles. Asimismo, textos pertenecientes a otro de sus proyectos, Pobreza inducida, intimidad privada de vida, sudar finanzas (2013), son expulsados por la ranura practicada en un muro del propio espacio expositivo. La instalación se completa con una mesa que contiene sus ediciones de artista acompañadas de grabaciones de lecturas de sus textos realizadas por el propio Peñafiel. El conjunto propone pues una polifonía, no sólo por los textos leídos, sino por la manera en la que los materiales se propagan en el espacio, llamando al espectador a vivir una experiencia “entre líneas”.
Juan Pérez Agirregoikoa
Las nueve publicaciones realizadas desde 2004 por Juan Pérez Agirregoikoa (San Sebastián, 1963) avalan su reiterado interés por la edición como vehículo para reunir y añadir visibilidad a sus series de dibujos y acuarelas. Ése es el caso de You are entering a World of Pain (Usted está entrando en un mundo de dolor) (2012), una publicación que reúne una serie de dibujos a carboncillo presentada en el Museo Reina Sofía un año antes y que identifica el comportamiento animal de los perros con el comportamiento de los humanos en situaciones de violencia.
La instalación que Pérez Agirregoikoa presenta en esta exposición da cuenta de la importancia que ostenta el dibujo en su proyecto artístico, así como del proceso de realización de algunas de sus ediciones de artista.
Antònia del Río
En la instalación preparada para La Casa Encendida, Antònia del Río (Capdepera, Mallorca, 1983) vuelve a referirse a la desaparición, al olvido, a la ausencia y al silencio, erigiendo una nueva biblioteca en blanco, sin autores ni materias, una biblioteca ausente que alberga únicamente sus ediciones de artista.
En múltiples ocasiones, la artista ha trabajado la idea de biblioteca ordenada dentro de un desorden, de biblioteca azarosa y rescatada del olvido. Según Del Río, “se trata de un homenaje a todos los libros que han desaparecido a lo largo de la historia, entendiendo el libro como memoria del mundo y la biblioteca como su almacén”.
El segundo proyecto que presenta en esta exposición, Expurgo 4, pertenece a una serie iniciada en 2011 que parte de una reflexión sobre el expurgo, el proceso mediante el cual las bibliotecas seleccionan un determinado número de volúmenes para ser retirados de la circulación, un proceso que garantiza la renovación de sus fondos. En esta ocasión, la artista expurga una selección del fondo de catálogos de La Casa Encendida confeccionando un listado de los mismos que después incluye en cada uno de los catálogos seleccionados y puestos a disposición del visitante. El visitante puede llevarse cuantas publicaciones desee siempre que a cambio rellene una ficha en la que explique el motivo que le ha llevado a elegir esa publicación. Finalmente, con las fichas resultantes, la artista obtendrá el material necesario para realizar una nueva edición de artista tras la exposición.
Francesc Ruiz
Las publicaciones de Francesc Ruiz (Barcelona, 1971) se exponen en la biblioteca de La Casa Encendida, que el artista ha reconvertido en una biblioteca selvática. Ha cambiado las cubiertas de mil ejemplares de sus obras por una selección de imágenes de plantas de interior que invaden por completo la biblioteca, superponiéndose e incluso infiltrándose en las estanterías, donde se mezclan con las publicaciones que se presentan habitualmente en ellas. Así, las portadas de las revistas se transforman en follaje vegetal y acaban por configurar un enorme invernadero. El resultado es una especie de jardin d’hiver a la manera de Marcel Broodthaers, como señala el propio artista, un jardín donde ver, observar, leer y meditar.
Oriol Vilanova
En la presente exposición, Vilanova mezcla sus propias ediciones con su colección de catálogos comerciales impresos de todo tipo de objetos, que abarcan desde finales del siglo XIX hasta la actualidad. Estos catálogos comerciales interesan al artista por su fuerza visual y, al igual que su enorme colección de postales, son cruciales para el desarrollo de sus publicaciones.
Tanto las ediciones de artista como la colección de catálogos comerciales de Vilanova se muestran en la exposición en archivadores metálicos que, según afirma el propio artista, gozan de un carácter plenamente escultórico. Sus cajones siempre están cerrados y, al abrirlos, se descubre que cada uno de ellos contiene una composición específica con ediciones de artista y catálogos publicitarios. Depende del visitante decidir si abre los cajones para descubrir lo que el artista va proponiendo en cada uno de ellos, obligándole a repetir un gesto habitual en los responsables de cualquier biblioteca.
Alias, un proyecto editorial de Damián Ortega
Alias es un proyecto editorial puesto en marcha en 2006 por el artista mexicano Damián Ortega (Ciudad de México, 1967) con la intención de dar a conocer textos de referencia de artistas contemporáneos que no habían sido traducidos anteriormente al castellano a unos precios muy asequibles, con el propósito de poner estas reflexiones al alcance de personas interesadas en el arte contemporáneo.
En la exposición estarán presentes todos los volúmenes que forman la colección Alias. Entre ellos, el dedicado a Marcel Duchamp por su crucial aportación al arte del siglo XX. Algunos volúmenes de la colección también retoman catálogos ya agotados, o difíciles de conseguir, como el dedicado a Helio Oiticica (2009), que aúna una selección de escritos del artista y una serie de ensayos de otros autores que fueron reunidos con motivo de su primera exposición retrospectiva. Algo parecido sucede con el volumen dedicado a Cildo Meireles (2010), que también ofrece una selección de textos del artista reunidos con motivo de su exposición en el IVAM Centre del Carme de Valencia en 1995.
Sala de reserva
Las bibliotecas más relevantes poseen “salas de reserva”, unos espacios aislados en los que se exigen protocolos estrictos para la consulta de los libros. Antaño, en las salas de reserva, que a menudo también recibían el nombre de “Infierno”, se confinaban los volúmenes prohibidos, fondos procedentes de depuraciones políticas y apartados de la circulación pública ya fuera por motivos religiosos o políticos o por su carácter indecoroso, sacrílego o irreverente. Así sucedió con el libro de poemas de Charles Baudelaire Las flores del mal, que fue a parar al “Infierno” de la Biblioteca Nacional de Francia en 1857.
En la actualidad, las salas de reserva custodian aquellos libros que destacan por su antigüedad, por su excepcionalidad y, en ocasiones, por su extrema fragilidad. En conclusión, atesoran libros raros, únicos, valiosos, apreciados por bibliófilos y que contribuyen a la conservación de la memoria colectiva.
Bibliotecas insólitas ha reunido una rigurosa selección de ediciones de artista que vieron su aparición en el contexto artístico de finales de la década de 1960 y los años setenta, marcando un claro punto y aparte en lo que hasta ese momento se había convenido en llamar libros de bibliófilo. Artistas como Ed Ruscha, Lawrence Weiner, Dieter Roth, Sol LeWitt, James Lee Byars o Marcel Broodthaers, o en España Isidoro Valcárcel Medina, Concha Jerez o Eugènia Balcells, produjeron libros de artista que con el paso de los años llegaron a convertirse en obras cruciales en sus trayectorias artísticas.
Esta exposición es una coproducción con el Arts Santa Mònica de Barcelona y se realiza en colaboración con la Biblioteca y Centro de Documentación del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia.
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