Deprisa, deprisa, hasta romper las ondas sónicas. Así evoluciona Sergio Mora, hasta hoy genuino representante del surrealismo pop español.

Mora, polifacético pintor e ilustrador, rompe ahora en mil pedazos cualquier etiqueta previa y se presenta como un pintorazo contemporáneo saltando al vacío, desde el cañón del hombre bala, con seguridad, sin casco y sin red.

Mora revoluciona su narrativo mundo onírico de pintura cuidada y detallista en una secuencia
continuada de explosiones sensoriales e intuitivas. La escrupulosa planificación de trabajos
anteriores cede el paso a un dejarse llevar desacomplejadamente por caminos inciertos y
desconocidos; un acto impagable de valor para un artista con obra sólida y reconocida.

El nuevo Mora, camaleónico, se quita la americana de terciopelo y se enfunda un mono de pintor, priorizando la exploración y la improvisación. Expulsa a chorro un mundo visceral, donde las
pequeñas y controladas pinceladas son reemplazadas por gruesos brochazos y manchas de
pintura; un mundo donde las imágenes significativas se mezclan con escenas imposibles
liberadas de cualquier representación.

Nos ubica, ahora, ante escenarios y no-lugares plásticos sólamente alcanzables a través de la pintura, pero llenos de complicidades, que huelen a cómic, a cine, a música y a cultura popular. Disparo de cañón, salto mortal y aterrizaje de pie.

Señoras, señores, por favor álcense y prepárense para aplaudir: ha llegado el artista.

Enric Font