Exposición “Abstracción y Vanguardia”, que estrena la sala, cuenta con más de 50 obras y reúne a sobresalientes representantes de la abstracción y figuración coruñesa como Luis Caruncho, Manuel Molezún, José María de Labra, Carlos Alcolea, Felipe Criado o Antonio Lago Rivera. Como complemento a esta muestra se exhiben pinturas de artistas clásicos gallegos como el herculino Urbano Lugrís, Luis Seoane, Isaac Díaz Pardo o Arturo Souto. Además, con motivo de la apertura de esta nueva galería, todas las obras estarán disponibles para la venta a precios reducidos.

La exposición.

“Abstracción y vanguardia” concede un gran protagonismo a los artistas de la ciudad. Desde el paisajismo, a caballo entre los siglos XIX y XX, de Francisco Llorens a las caricaturas de Álvaro Cebreiro; artista capital para comprender el movimiento renovador de los años treinta y coautor del seminal manifiesto Máis Alá! A continuación cabe destacar a Antonio Lago Rivera, ecléctico pintor que participó en la internacional Escuela de París. Pero si hay una estética por la merece ser destacada A Coruña es por sus primeros artistas abstractos. Desde finales de los 50, un grupo de artistas coruñeses empiezan a investigar la abstracción enlazando con influyentes movimientos europeos de la época. Se trata de Manuel Molezún, José María de Labra y Luis Caruncho, todos con representación de ese período rupturista en la muestra. También se ha querido rescatar la etapa de los años 70 de Felipe Criado, menos conocida, pero más escasa, de gran calidad y muy buscada por los coleccionistas. Cierra la exposición una extraordinaria obra de Carlos Alcolea, de gran fuerza expresiva en su trazo y con colores complementarios, planos y muy contrastados. Se trata, por derecho propio, de un clásico moderno del arte nacional. Es reconocido como uno de los protagonistas destacados de la denominada Nueva Figuración madrileña.

Obras maestras.

Como complemento a “Abstracción y Vanguardia” se exhibe una magnífica representación del movimiento renovador. Todas esas obras atesoran gran calidad, pero deben destacarse dos piezas de Urbano Lugrís. En ambas cobra protagonismo el mar. La primera de ellas manifiesta su dominio de los grises para construir una escena de gran elegancia. La segunda muestra su característica influencia de la miniatura en un conjunto gotizante en colores y en formas. Cabe destacar, también, un óleo del Díaz Pardo más esquemático con una pieza que se podría relacionar estilísticamente con el laboratorio de formas de Sargadelos. En cuanto a Seoane, en la exposición se pueden contemplar algunas de las escenas más reconocibles del artista, como unas mujeres de arrolladora presencia que ocupan todo el espacio pictórico.

Escultura.

La exposición no cuenta con una sola vertiente plástica, sino que dispone de unas excelentes piezas escultóricas. Entre ellas, podría destacarse una de las piezas más reconocibles de la etapa parisina de Camilo Otero con un elegante bronce. También de este material es una serie de tres piezas geométricas de Xuxo Vázquez yun redero de Xoán Piñeiro. Por último, Álvaro de la Vega desafía la tradición de los materiales nobles al recurrir a la madera, para dotar de una vigorosa expresividad a sus piezas.