Apariencias es la implantación del proyecto Apología de la Verticalidad para ASPA Contemporary.

Apología de la Verticalidad es un proyecto de creación artística y para llevarlo a cabo Yolanda Lalonso y Leandro Alonso constituyen un colectivo con ese nombre. Desde la interseccion de sus trayectorias profesionales, a través de la observación y después de la asimilación de nuevas formas de mirar, elaboran su propuesta sobre la verticalidad que nos rodea.

La obra expuesta consolida algunos formatos básicos del proyecto en el tiempo y son la materializacion de lo escrito en su declaracion de principios, donde se especula con la idea de la produccion artística como singular residuo de acción, ante la incertidumbre temporal de la implantacion del artista y de las personas mismas. Llegando a inferir la inexistencia.

Apología de la Verticalidad place decir que se retroalimenta y pudiendo clasificar sus obras por familias o colecciones, aún permite entender que no necesitan una cronología y que unas obras tienen raiz en las otras o al revés y que se extraen de un magma único.

Exposición de fotografía y escultura. Cada exposición se concibe como una fase del proyecto y se compone de instalación, escultura, dibujo, fotografía. Se lleva a cabo una acción a modo de performance, que genera nueva obra y se incorpora a las siguientes fases.

Hasta la fecha “Apología de la Verticalidad” se ha mostrado en la 78 Exposición Internacional de Artes de Valdepeñas, SanFest-17, Espacio Bop, y Matadero de Madrid - Extensión AVAM) entre otras.

En una sala se presentan un buen numero de nuevas parejas: esculturas relacionadas con una imagen plana en detalle de ellas mismas, a modo de un encuadre que intercepta el fondo, la pared.

En otra esa dualidad planteada se reduce, recuperando la sombra, a un escultura plana, un relieve que pretende resumir plano y volumen en un formato reactivado. Permite situarnos en el trazo vertical que separa, en la línea del tiempo, el pasado de un futuro que no existe.

“La verticalidad en la naturaleza del tiempo como ilusión a una continuidad del presente. Desde la consciencia de nuestra vida condenada al pasado continuo. Somos el trazo vertical que separa, en la línea del tiempo, el pasado de un futuro que no existe, que se transforma y convierte en real por el residuo creativo que vamos dejando en forma de obras. Nos empeñamos en registrar una imagen: poética, pictórica o fotográficamente y cuando la mostramos forma parte del pasado. Cuando miramos la pantalla de la cámara o revelamos un carrete, estamos contemplando el pasado. Cuando trazamos una línea sobre un papel, un lienzo o una pared y levantamos el pincel o el lápiz para ver el resultado, estamos mirando algo que ya está, que ya estaba allí antes. Somos moradores de un pasado que es continuo: el futuro no existe y el presente es una sensación tan efímera que solo podemos intuirla por las huellas que deja. O simplemente, no somos".