La Sala Municipal de Exposiciones de la Casa Revilla de Valladolid,presenta a partir del jueves día 11 de junio de 2015, la exposición DEL TEBEO AL CÓMIC. Un acercamiento a los dibujantes, guionistas, editores y publicaciones de historietas en Valladolid (1936-2015).
La exposición “Del tebeo al cómic” es un homenaje a todos los autores de nuestra ciudad. Una manera por la que nuestra ciudad paga una deuda contraída con estos narradores de la imagen que tantos ratos de apasionante y agradable lectura nos hicieron y nos hacen pasar con sus historias dibujadas. Y no sólo a ellos, también a aquellos otros que de manera más modesta contribuyeron con sus aportaciones a que la historieta estuviera presente en nuestras vidas. Hablamos de los fanzines vallisoletanos, modestas publicaciones que sirvieron a muchos jóvenes aficionados al noveno arte para dar alas a su fantasía e imaginación a través de títulos tan recordados y ya míticos como “La Criatura”, “Tundra”, “Tintachina”, “El Prodigio”, “Maestros de la Historieta”, “L.S.D.”…, Campo de Agramante donde los nóveles creadores pudieron disfrutar de un espacio de libertad donde mostrar sus trabajos como hacedores de historietas o desde donde se realizaron sesudos estudios de los títulos míticos del tebeo español e internacional. Algunos de los autores de estas artesanales publicaciones, como César Esteban, Enrique Jiménez Corominas, Cristina Ortega y Heni Chan, lograrían con el tiempo hacer del dibujo su modo de vida. Justa recompensa a las muchas horas “perdidas” sobre el tablero de dibujo.
Del “TBO” y de otras revistas hoy casi olvidadas hemos de deducir que beberían los miembros más antiguos de la que podemos considerar primera generación de autores vallisoletanos de la historieta a partir de la Guerra Civil, entre los que cabría identificar a Ito y Chuchi. Otras publicaciones, como las míticas “Aventurero” (1935), “Flechas y Pelayos” (1938)y “Chicos” (1938), alimentarían las ansias de aventuras de los por entonces chavales “Manuel Zataraín, Manuel Gago, Jorge Alonso García, Jesús Redondo y Felipe Jiménez de la Rosa.
Más tarde serían los cuadernillos de “El Guerrero del Antifaz” (1944), “Hazañas Bélicas” (1948), “El Capitán Trueno” (1956)y “El Jabato” (1958), entre otros, los que llamarían la atención de los jóvenes nacidos en los cuarenta y cincuenta, como sería el caso de los hermanos Fresno. Los nacidos en los sesenta, sin embargo, vivirían en vivo y directo el “boom” del cómic de finales de los setenta y principios de los ochenta, con títulos tan señeros como “Totem” (1977), “1984” (1978), “Creepy” (1979), “Metal Hurlant” (1981) y “Cairo” (1981). César Esteban, Corominas, Rafael Vega (Sansón) y José María Nieto serían algunos de los nacidos en esta década.
David Aja, Raúl Allen y Javier César Niño, sin embargo, serían testigos de la decadencia de estas revistas y del afianzamiento en el mercado español de los superhéroes, que no tardarían en enfrentarse en los quioscos con otros héroes surgidos del éxito de los seriales televisivos provenientes del Japón. El ánime y el manga seducirían a Cristina Ortega y Henar Torinos, las más jóvenes representantes de la historieta realizada por autores de nuestra tierra.
A diferencia de otras provincias españolas, como Madrid, Valencia o Barcelona, Valladolid nunca ha contado con empresas que se sintieran atraídas por la edición de historietas, de tebeos. Sólo esporádicamente, y casi siempre desde el mundo de la fanedición, desde el sector de los aficionados, se ha intentado llenar un espacio que de otra forma habría quedado casi yermo en lo referente a la industria del tebeo -o del cómic, como desde hace un tiempo ha dado en denominarse a este medio de comunicación de masas-. Sin embargo, y pese a lo afirmado, estas tierras pueden sentirse orgullosas de ser la cuna de algunos de los más meritorios artistas del noveno arte, que un buen día decidieron dedicarse a crear historias dibujadas para satisfacer las ansias de lectura y aventuras de miles y miles de sus compatriotas. Nombres como Ito, Chuchi, Manuel Zataraín “Zata”, Manuel Gago, Jesús Redondo, Jorge Alonso García, De La Rosa, Fresno´s, son claros representantes de una primera generación de creadores de historietas, de un tiempo en el que los tebeos inundaban con sus polícromas portadillas los numerosos quioscos y puntos de venta existentes en el país, alcanzando tiradas y una difusión entre la población hoy impensables. Los de César Esteban, Sansón, José María Nieto y Enrique Jiménez Corominas, forman parte de una generación intermedia; ellos vivieron el “boom” de los años ochenta, pero también el declive de las revistas de comics que se produjo en los noventa, cuando los quioscos empezaron a dejar de exhibir en sus vitrinas los tebeos que les habían adornado hasta esos momentos. Por último, los de David Aja, Raúl Allen, César Niño, Cristina Ortega y Heni-Chan, claros embajadores de una nueva generación de hacedores de viñetas, que intentan con su buen hacer abrirse paso en el cada vez más competitivo y depauperado mercado editorial nacional, en el que se publican mensualmente una gran cantidad de títulos pero con tiradas excesivamente reducidas, muy alejadas de las de hace décadas. Algunos de ellos, pese a lo complicado de la situación, parecen haberlo conseguido al haberse ganado el favor del público y de los editores, aunque sea un público y unos editores foráneos. El paso del tiempo confirmará o no esta cuestión, pero esperemos que lo consigan y puedan seguir viviendo de hacer viñetas.
La exposición permanecerá abierta hasta el día 19 de julio.
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