El proyecto Hope and Pain de Marc Montijano, podrá verse por primera en el patio de San Miguel del Museo de Jaén.
Coincidiendo con la celebración de la feria de arte contemporáneo ArtJaén, el artista Marc Montijano exhibe por primera vez la instalación Hope and Pain. Un proyecto que recorrerá diversas ciudades de España y Europa. Un trabajo que busca visibilizar e invita a reflexionar sobre la problemática de las migraciones forzadas.
Hope and Pain (Esperanza y dolor), es una instalación compuesta por 23 cruces en forma de aspa de diversos tamaños confeccionadas con madera de pateras naufragadas. La madera proviene de restos de pateras devueltos por el mar en las costas de Cádiz durante los meses de noviembre y diciembre de 2018.
Este proyecto es el fruto de una estancia de trabajo y de investigación de seis meses en las costas de Cádiz del artista Marc Montijano, que se inició en noviembre de 2018. Fecha en la que se cumplían 30 años de la aparición del primer cuerpo de un migrante en las costas españolas, de la primera muerte documentada.
El 5 de noviembre naufragó una patera en la playa de Los Caños de Meca, en el término municipal de Barbate (Cádiz). Su embarcación chocó contra unas rocas a 150 metros de la orilla, en la patera viajaban 45 inmigrantes procedentes de Marruecos, según los supervivientes. La playa se llenó de restos de madera de pateras, vestimenta, calzado y de cuerpos. Día a día iban apareciendo cuerpos de inmigrantes fallecidos, hasta 23 cadáveres, en un goteo dramático.
Durante los meses de noviembre y diciembre el artista fue recogiendo restos de pateras naufragadas en esa playa. Reuniendo gran cantidad de maderas rotas, de colores vivos, desgastadas por el mar. Y comenzó a elaborar las cruces que componen esta instalación.
Podrían ser miles de cruces, se han contabilizado casi 8.000 muertos en treinta años en la Frontera Sur, pero Montijano ha escogido el 23 para que no sea simplemente un número frío y distante. Quiere visibilizar y subrayar una tragedia, pero también humanizarla, más allá de los datos o cifras que nos insensibilizan. Son veintitrés personas concretas, con nombres y apellidos, con familia, con un proyecto de vida. Esas cruces, una por cada persona fallecida en el naufragio del 5 de noviembre, remarca su ausencia real, como símbolo de todos los migrantes que han fallecido y seguirán muriendo intentando llegar a Europa.
En palabras del artista: “Hope and Pain, es el fruto de un proceso reflexivo y maduro de investigación. Es una obra en la que he invertido casi un año, que narra una realidad que no deberíamos obviar. Un trabajo impopular e incómodo, es una instalación que retrata al espectador, un espejo al que muchos no quieren mirar. Es un proyecto duro, sin duda, pero que necesitaba contar.
He enfocado mi trabajo en las personas que intentan llegar a Europa por la Frontera Sur. Pero hablo sobre las oleadas de migraciones forzadas que tienen lugar por las duras circunstancias económicas, sociales y políticas que sufren millones de personas en todo el mundo.
No planteo mi obra desde el buenismo, ni la candidez. Es un problema que no tiene soluciones fáciles, requiere soluciones políticas globales y valientes. Muchas de ellas en sus países de origen. No políticas erráticas de cada país individualmente o de tinte ideológico. Si los líderes de los países receptores no se enfrentan al problema, el mar seguirá acumulando muertos.
Dejando aparte la política, hay un enfoque humanitario que no debemos olvidar. Quiero remarcar el carácter de migraciones forzadas, no es un capricho, es una cuestión de supervivencia. Estas personas sufren inmensas penurias y se juegan la vida, muchos de ellos perdiéndola, porque no tienen alternativa en su país de origen. Simplemente hacen lo que haríamos cualquiera de nosotros en su situación”.
El lugar elegido para mostrar por primera vez este proyecto no es casual. A Montijano le interesaba establecer un diálogo con la portada renacentista de San Miguel ubicado en el Museo de Jaén, un contraste entre la belleza y la armonía renacentista con la tragedia que cuentan estos restos.
“El Patio de San Miguel es un espacio solemne que invita a la contemplación pausada y a la reflexión, Hope and Pain no es una obra de digestión fácil. Agradezco enormemente la disposición de la directora del Museo, Francisca Hornos. Además, Jaén es tierra de emigrantes. Por no ir más lejos, mi familia paterna como tantas de esta tierra, emigró a Cataluña en los años cincuenta del pasado siglo. Creo que es el punto de partida ideal para este proyecto que habla de valentía, de dolor, de esperanza y de supervivencia”.
Hope and Pain, es un proyecto independiente para el Museo de Jaén, integrado a posteriori en la programación de ArtJaén. Feria con la que el artista tiene una especial vinculación y estima, gracias a la labor de su director, David Martínez, con el que ha trabajado en numerosas ocasiones. La instalación podrá visitarse en el Museo del 7 al 29 de septiembre.
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