Durante el siglo I a.C. Hispania fue escenario de una parte de los conflictos internos de Roma conocidos como Guerras Civiles.
En el año 83 a.C. el enfrentamiento entre Mario y Sila se trasladaba a la Península con la rebelión de Quinto Sertorio (Nursia, 122 a.C. - Huesca, 72 a.C.). Nombrado propretor de la Hispania Citerior en el año 83 a.C., era destituido y proscrito de la República. Tras su llegada, diversos episodios lo llevan desde la Península a Ibiza y el norte de África, de donde regresó en el año 80. Sertorio iría sumando éxitos militares hasta que el Senado decidió enviar a Cneo Pompeyo Magno al mando del ejército en el 77 a.C. La guerra finalizó en el 72 a.C. con el asesinato a traición de Sertorio por uno de sus lugartenientes. Años después, el mismo Pompeyo y su gran rival, Julio César, tendrían en Hispania nuevos enfrentamientos en otra guerra interna romana desarrollada entre los años 49 y 45 a.C.