Desobedecer implica no aceptar sin miramientos críticos las narrativas que el poder ofrece a modo de recetas estériles o de prospectos rancios. Toda desobediencia supone un revulsivo claramente desestabilizador frente al mapa “recortado” de las conciencias. Cuando el arte se vuelve desobediente ocurre que sus índices narrativos se vuelven mucho más convincentes y su propuesta alcanza otras cuotas de participación dentro del entramado social y el contexto de las ciencias sociales. Se contamina y actúa como respuesta a la amnesia y a la parálisis de los medios.
La idea de reunir a estos artistas es la de activar esos mecanismos de protesta o de cuestionamientos críticos que dispensan estas obras en su autonomía discursiva. Porque en el diálogo se pone a prueba la capacidad del arte de establecer relatos alternativos a las corrientes hegemónicas de la economía, la política y el estado. El corpus de estas piezas dispone otro modo de escribir y de entender esas relaciones de poder en el contexto de unas directrices un tanto más horizontales. Entre los artistas aquí reunidos se revela un elemento común a todos, un rasgo en el proceder estético que hace la suerte de seña de identidad: el hecho de que la obra supone un comentario crítico sobre el orden social y la ortodoxia de sus mecanismos de narración y de escritura.
Se trata de una cartografía que por su misma naturaleza poliédrica, su densidad argumental y su mirada subversiva respecto del canon, somete a discusión toda perspectiva monologante y reduccionista acerca de la consagración de una ideología cerrada y hegemónica en la escena estética contemporánea. La selección abarca piezas muy diferentes entre sí en cuanto a morfologías, estructuras, escala y lenguaje. Estas piezas, fagocitan la trabada interdependencia, de tintes cartesianos, entre política-obra-artista. Todas operan desde el ámbito del “comentario crítico” tan caro a la reflexión socio-antropológica de alcance semiótico. En su totalidad, y al margen de alguna digresión, estas piezas funcionan como ensayos deconstructivos propensos a rebajar, dislocar, desautorizar, anular o persuadir los perfiles hegemónicos de una visualidad dominante en la que el “signo estético” había sido, hasta entonces, el objeto de una construcción estereotipada con arreglo a un sistema semiótico en extremo perverso y manipulador.
Los artistas participantes en la muestra son Pierre Moliner, Eugenio Merino, Henry Eric Hernández, Elio Rodríguez, Regina José Galindo, Abel Azcona, Ugo Martínez-Lázaro, Donna Conlon, Félix Fernández, Marcos López, Marcos Mojica, Alexis W., Juan Pablo Echeverri, Diego de los Reyes, Ananké Aseff, Rorro Berjano, Daniel Barceló, Juan Francisco Casas, La Fulminante [Nadia Granados], Daniel Tejero, O.R.G.I.A, Juan Carlos Martínez, Alex Francés y Wolf Vostell.
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