Una reflexión sobre la pintura más joven.
Dice Anish Kapoor que un artista no debe hacer lo que sabe, debe buscar algo nuevo y en esa búsqueda radica su propia mitología. A los artistas jóvenes les cuesta prescindir de sus referentes, como si el magisterio que sobre ellos ejercen los clásicos supusiera un lastre que les impide expresarse con libertad. Y es que en la mitología de cada uno se instalan los grandes maestros de manera muy natural con una gran intensidad. Se cuenta que en la inauguración de una exposición de Antonio Saura en Paris apareció Picasso y le dijo al pintor: “A usted no le resultará fácil desplazar mi obra de su cabeza”. Muchos artistas
trabajan duro para lograr impregnar su trabajo de singularidad y personalidad.
Por eso hemos querido buscar entre los más jóvenes a aquellos que manifiestan ese paso que todos anhelan. Y hemos encontrado a dos, Daniel Nuñez, que se niega en rotundo a participar en esa pose actual que reniega de la pintura, algo tan insólito como decir que la musica murió con la aparición de Paquirrín. El segundo es Carlos Gómez que investiga en terrenos del adversario porque construye la pintura con emulsiones fotográficas. Ambos destacan ya desde la misma línea de salida.
GALERÍA ANTONIO DE SUÑER
Carlos Gómez pasó por Bellas Artes y ahora presenta su trabajo en Madrid por vez primera. Es un artista muy singular. Lleva a extremos la máxima de la originalidad, que es el alma de las vanguardias. En la sala A de nuestra galería expone nueve magníficos trabajos en los que compone un entramado abstracto sustentado por técnicas novedosas. Es una obra profunda, hija de un proyecto más amplio, caracterizada por el rigor y la seriedad como constantes. Se podría decir, si lo matizamos, que es digno alumno de Manolo Millares, de Manuel Rivera, de Juana Francés, del grupo El Paso en definitiva, obra clásica que él actualiza desarrollando un procedimiento totalmente nuevo y una filiación con la pintura en soledad. Mantiene una actitud de afirmación del individuo y de su propio carácter para lograr expresividad artística. Por tanto, las referencias que arriba se citan son más una aproximación de lectura que una intención del artista. A Carlos Gómez le interesa el signo gráfico como puede apreciarse en sus trazos, que rechazan la forma. Su temática la saca de su propia experiencia, a veces dramática como muestran sus negros, otras veces
soñadora, como se ve en sus azules, y siempre pendiente de un entorno que él describe con ocres. El plano pictórico lo tiene en su punto de mira y para alcanzarlo despliega una acción física que le lleva a imprimaciones delicadas sobre tablas, para luego distribuir
unas soluciones fotosensibles que él mismo fabrica y que irá tratando con distintas luces hasta logar ese resultado que espera siempre, aunque en ocasiones obtenga lo que teme en lugar de lo que desea y entonces toda la acción comienza de nuevo. Carlos Gómez es un artista muy integro, tremendamente honesto. Un valor a tener muy en cuenta.
Daniel Nuñez es un torrente neoexpresionista, un cauce por el que discurre una imaginación agitada. Las ideas inundan su obra, sonmuchas y brillan con una intensidad pasmosa. Es un pintor joven muyactivo. Sus soportes van desde los cuadros a los muros -tiene unpasado grafitero- desde las tablas de sur -deporte que practica con destreza- a los cascos de moto. Todo lo que cae en sus manos sufre una transformación y se convierte en un soporte perfecto para desarrollar una vocación pictórica que se ha convertido en su objetivo vital y le empuja con fuerza para construir una carrera que desde ahora se intuye muy prometedora. Es autodidacta. Su inquietud le impide ser un alumno convencional. Ha bebido de las fuentes que le marcó la curiosidad, pero no es de los que aguantan una formación programada, ni un aula con veinte alumnos más. Sin embargo ha ido adquiriendo un conocimiento técnico muy profundo, paso a paso, con los profesores adecuados a las necesidades que pide su propia instrucción cuando esta avanza. No llegará jamás el día en que deje de aprender porque ese es su lema; un aprendizaje constante y una necesidad de crear casi obsesiva. Su brochazo es brioso y capaz de
hacer tanto una alegoría del color, algo que va surgiendo en su obra con mucha personalidad, sin dejar atrás la estridencia que lo atrapó en sus primeros años, como un homenaje al surrealismo a través de una figuración muy bien orquestada. Es un magnífico retratista y sus personajes miran al espectador sembrando mucha inquietud, tal vez
la que el les trasfiere. Tiene una simbología aleatoria que rodea sus figuras, como un perro en la base de un cuadro sin título que parece sostener todo un universo sobre su espalda. El se siente seguidor de los grandes, De Kooning, de CY Twombly, de Albert Oehlen, de Joan Miró, de tantos artistas que admira y que ejercen el ansiado magisterio que Daniel Núñez persigue. Su obra se expondrá en la sala B de nuestra galería.
en Facebook esta exposición | comparte en Twitter esta exposición | Como llegar |
|
TODAS LAS EXPOSICIONES DE ESTE ESPACIO
|