.../... Los valientes que aquí encontrareis no están desprendidos del miedo o de la fragilidad, sino que son vidas vulnerables que tienen la capacidad de responder al absurdo, a las tragedias cotidianas o al vacío por medio del acto más heroico: la pulsión de vida, de una vida considerada como andanza individual y colectiva. El valiente es una mutación positiva de esa célula maligna hacia la que tiende el mundo actual. El valiente supone la única cura para sí mismo y para el dolor universal. Por eso mis modelos son las personas que quiero, algunas desde siempre y otras de las que me he ido enamorando precisamente por esa capacidad. Son generosas, se desnudan y muestran sus sueños y sus debilidades, su dignidad y sus heridas para convertirse un poco en cada uno de nosotros, como arquetipos no sólo de lo que somos sino de lo que queremos ser, siempre mejores, siempre con un pedacito más de lo mejor de aquel que sabe cómo mirarnos y a quién miramos. Busco la nitidez del sentimiento, la verdad de cada una de estas historias, contenida en la fugacidad de un instante que me esfuerzo por atrapar con los mismos atributos de los aquí retratados, valentía, y mucho amor. Y considero que la mirada es también un acto de valentía. Por eso me esfuerzo por mantener los ojos abiertos y al instante los guiño como si mirase por el ojo de una aguja.

Ana Matías