Desde la Fundación se nos ha ocurrido celebrar el 75. o cumpleaños de Eduard Arranz-Bravo con un proyecto a la altura de las circunstancias. Se ha invitado a setenta y cinco personalidades del mundo de la cultura y la sociedad civil a elegir y comentar una obra de arte del artista. Les hemos propuesto una selección de setenta y cinco piezas, formada por cincuenta y nueve obras inéditas de Arranz-Bravo, seis objetos de su colección personal y diez obras procedentes del fondo de la Fundación Arranz-Bravo. De una manera u otra, todos los momentos artísticos de Arranz-Bravo están representados en ellas. Las setenta y cinco obras con sus setenta y cinco interpretaciones se expondrán en la sede de la Fundación y quedan recogidas en la edición que tenéis en las manos.
La aportación de cada uno de los participantes ha ayudado a reconstruir una biografía artística de Eduard Arranz-Bravo muy atípica: el despertar creativo de los años sesenta con la evocación de sus compañeros de generación (Lluís Prenafeta, Antoni Llena, Francesc Parcerisas) y críticos del momento (Pepe Corredor-Matheos); el enloquecimiento de los setenta con la feliz interpretación de protagonistas de la época (Lluís Bassat, Antoni Marí, Jordi Garcés), la mirada de los historiadores expertos (Àlex Mitrani) o la experiencia de sus galeristas (Gaspar); la creatividad luminosa de los ochenta en Cadaqués desde la autoridad crítica de Vicenç Altaió o la vivencia del galerista Àlex Nogueras; la apertura internacional de los noventa con el copioso grupo de seguidores norteamericanos vinculados con la galería Franklin Bowles de San Francisco y de Nueva York; la conexión de la crítica catalana con la pintura actual de Arranz-Bravo, tanto la más experimentada (Sílvia Muñoz, Núria Poch, Ricard Planas, Conxita Oliver, Martina Millà, Jèssica Jaques, Josep de Calassanç Laplana, Mercè Pomers, Joan González y Lluís Nacenta) como la más joven (Jordi Garrido, Bernat Puigdollers, Georgina Parrilla, Aina Mercader, Marta Sánchez), y la conexión retinal de Arranz-Bravo con los artistas más jóvenes (Marcel Rubio, Raúl Páez, Francesc Ruiz Abad, Pere Llobera, Miquel Gelabert, Martí Cormand, German Consetti, Albert Arribas, Artur Muñoz y Bernat Daviu) y profesores de bellas artes (Mar Redondo y Roser Masip); y, finalmente, el estrecho vínculo con la ciudad de L’Hospitalet y las muchas complicidades tejidas desde los años ochenta y durante la acción de la Fundación con escuelas, profesores, galeristas, alumnos, artistas, directores de museos, asociaciones y la gobernanza de la ciudad.