Daniel Canogar presenta una vídeo-instalación escultórica formada por 2.400 DVDs reciclados. Esta pieza multitemática está inspirada en los ?sikka?, las monedas de oro que en tiempos babilónicos se cosían sobre la ropa y que evolucionaron hasta convertirse en objetos plásticos brillantes, conocidos hoy como lentejuelas. Una superficie que evoca la riqueza y el poder, lo mismo que los DVDs nos recuerdan el glamour de Hollywood, donde la imagen se ha convertido en moneda de cambio.
En la instalación, el contenido de los DVDs se proyecta sobre su superficie, otorgando nuevos usos a materiales de desecho y, al mismo tiempo, se combinan las propiedades fantasmagóricas del cine con sus soportes físicos.