En este espacio se conservan los restos de una gran domus romana y de varios locales comerciales del siglo IV, propiedad de un personaje importante. Del siglo XIII-XIV se conservan seis silos para almacenar todo tipo de productos.
En el año 2002 se realizó una excavación arqueológica en la finca de la calle Fruita esquina con la calle Sant Honorat.
Los hallazgos arqueológicos que se realizaron fueron muy significativos, aunque el descubrimiento no fue una sorpresa, ya que en el año 1999 ya se habían hecho unos sondeos que habían llevado a la localización de los primeros mosaicos romanos.
A consecuencia de estas excavaciones y sondeos pudieron recuperarse los restos de una importante domus romana y las estructuras de un gran almacén medieval.
El 23 de abril de 2010, se abrió este nuevo espacio arqueológico de 680 m2 situado junto a la plaza Sant Jaume.
El proyecto arquitectónico de Josep Llinàs incluye un recorrido que permite ver sus elementos más destacados, en un itinerario planteado siguiendo un modelo similar al que encontramos en el yacimiento de la plaza del Rei: una pasarela con una línea de circulación por el yacimiento que sigue las alineaciones de las estructuras antiguas y refuerza en planta los distintos espacios, de forma que “la obra nueva” ayuda a la comprensión de “la obra vieja”.
Cabe destacar el circuito que se adapta a los silos, de desarrollo semicircular.
En el interior del yacimiento el visitante podrá contemplar y disfrutar de una de las domus de Barcino, un buen exponente de la arquitectura doméstica de la ciudad en la época romana.
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