La iglesia de San Juan Evangelista dejó de ser parroquia en 1796 y sus restos, después de ejercer como cementerio y ser secularizados, pasaron a manos privadas. Estos restos consisten básicamente en la cabecera, las dos portadas y algunos elementos reutilizados en la vivienda que los propietarios levantaron junto a las ruinas. Además de los vestigios románicos hay que mencionar la existencia de una amplia e interesante capilla gótica que fue utilizada por la familia Daza para enterramiento de algunos de sus miembros más ilustres.