La poética de lo inmaterial se hace tangible a través de pinturas realizadas sobre soportes plásticos transparentes. El poder de seducción del característico acabado pulido en el plástico sirve de ventana a una emoción contenida en la pintura cuya sensualidad no nos es nunca desvelada.
Desde la Tradición del cuadro-ventana, la artista defiende la mirada contemplativa del Arte en la realidad contemporánea donde, la materia se ahoga al otro lado de esa barrera invisible, que nos hace creer en una emocionalidad aparentemente accesible, gracias a la trasparencia de su mentira.