Este tipo de documentos es objeto de estudio por parte de diversos especialistas, diplomatistas, juristas, historiadores, sociólogos… pues constituyen una importante fuente de información sobre estas materias. La producción de las ejecutorias de hidalguía se desarrolló desde el siglo XV hasta comienzos del XVIII respondiendo a una parte de la sociedad en busca de afirmación de su posición social y mejora de sus condiciones de vida mediante el reconocimiento de su condición de linaje de hidalgos. A veces, los concejos de los diferentes municipios carecían de la documentación suficiente para acreditar a los ciudadanos como hidalgos o como pecheros. Los primeros disfrutaban de la exención de impuestos y gozaban de numerosos beneficios, mientras que los pecheros se veían obligados al pago de tributos. Por esta razón fueron numerosos los litigios, para dirimir por cauce judicial las cuestiones relativas al estatuto nobiliario, que liberaba de cargas impositivas.

El texto que nos ocupa está formado por cuarenta y tres páginas a las que se añaden dos manuscritas donde se informa de pleitos y descendencia familiar. Se da en la Audiencia y Chancillería de Valladolid a petición del interesado, debido a un pleito motivado por la duda sobre su condición de hidalgo. Nuestro protagonista, don Fernando de las Puertas, es y ha sido un buen hombre, nunca ha pagado pecho y no ha sido castigado por el Santo Oficio, no ha cometido delitos contra la Corona, ni tiene ascendencia musulmana ni judía, según se dice. La ilustración que aparece en la primera página de la ejecutoria, representa en un recuadro superior, al hidalgo don Fernando junto a su familia recibiendo sendos rosarios de la Virgen y el Niño, en la parte inferior un escudo con castillo y león y en los márgenes orlas con flores y armas que acogen a san Juan Bautista y san Francisco acompañado de Bartolomé de la Puerta y quizá otro antecesor. Sin duda un documento significativo sobre el afán de parte de la sociedad por ser incluidos como miembros privilegiados.

La pieza del mes constituye una oportunidad para conocer más detenidamente alguno de los bienes expuestos en el Museo, mediante una explicación detallada durante las visitas guiadas, que se desarrollan gratuitamente de martes a domingo.