Contrariamente a lo que pueda parecer, la difusión del arte precolombino no ha contado con excesiva fortuna en España. Y, en todo caso, sus creaciones han sido analizadas, con frecuencia, más
desde una perspectiva material y antropológica (como documento de una época y sus transformaciones sociales) que como elaboraciones artísticas con sus protagonistas y con sus lenguajes.
De hombres y mitos. Sacrificio y ritual precolombino, la exposición que permanecerá abierta en Cultural Cordón del 16 de marzo al 11 de junio, pretende presentar los objetos del arte de las culturas prehispanas como creaciones propias de espíritus elevados y preocupados también por la representación, por sus problemas y soluciones. Y a sus autores, como artistas genuinos que dieron forma
a objetos protagonistas de complejos ceremoniales, pero también a pequeñas figuras que aluden a formas de vida cotidiana, escultores de formas acostumbradas, sí, pero de variados contrastes cromáticos y decoraciones: en suma, creadores de obras únicas, diferenciadas y capaces de emocionar por sí mismas.
Componen la muestra nada menos que 235 obras, en su mayor parte de cerámica, magníficamente conservadas y procedentes fundamentalmente de fondos universitarios norteamericanos recopilados por Roberto Pérez Trespalacios, un verdadero investigador del arte y la cultura precolombina.
La divinidad y el mito
La representación de los diferentes habitantes del mundo supraterrenal y del mundo terrestre se ejemplifica con un conjunto de obras de fuerte significado simbólico. Águilas o lechuzas como alegoría del cielo; felinos y pumas como emblema del poder religioso y político; perros y monos como imagen del inframundo, conviven en este capítulo con la personificación de Ai Apaec, el supremo dios mochica, y Naymlap, el hombre-pájaro divinizado. Se dedica un espacio al sexo ritual, entendido como metáfora de la fertilidad de la tierra.
Arquitectura para la vida. Arquitectura para la muerte
Las cerámicas con significado ceremonial y funerario presentan con frecuencia en el arte precolombino formas de vasija, ligadas a ritos de libación y a la quema de inciensos purificadores. La
representación del poder (religioso, político y militar) aparece vinculada a los entornos funerarios y los espacios destinados al sacrificio ceremonial. Los juegos de pelota son, en este sentido,
una elaborada analogía de los espacios rituales, del sacrificio humano y de la jerarquía social común a muchos pueblos de Mesoamérica.
La representación femenina y los ritos de fertilidad
El lugar que ocupa la mujer en las sociedades precolombinas como madre y esposa contrasta con la relevancia simbólica de su representación. Las “mujeres bonitas” de abultados vientres y atributos sexuales marcados, además de servir para el culto a la fertilidad de la tierra, ejemplifican también la elevada posición jerárquica de sus protagonistas. Una de las representaciones más relevantes se relaciona con la veneración dispensada a las mujeres fallecidas durante el parto, entendida como el más alto sacrificio rendido a la comunidad.
El chamán y la transfiguración
Uno de los aspectos más llamativos de la cultura precolombina se relaciona con algunos individuos cuyos poderes extrasensoriales garantizaban la mediación entre los hombres y cuanto acontecimiento le resultaba inexplicable. Las hermosas figuras de chamanes en trance, metamorfoseados en otros seres como pájaros, lagartos y arpías, se complementan con cerámicas rituales donde se representan visiones mágicas sintetizadas en bellos dibujos geométricos, o estilizaciones de ciertas plantas, como el cactus.
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